«Lograremos nuestro objetivo de un solo golpe», advirtió Netanyahu tras un ataque que dejó siete muertos, incluidos dos menores.
JERUSALÉN, ISRAEL. La tensión entre Irán e Israel alcanzó otro punto crítico este domingo tras el lanzamiento de una séptima oleada de misiles desde territorio iraní. Las sirenas antiaéreas activadas en Jerusalén y el norte de Israel marcaron una jornada de máxima tensión en medio de una escalada militar sin tregua.
Minutos antes del impacto, el Ejército israelí confirmó haber detectado los lanzamientos. «Los sistemas de defensa operan para interceptar la amenaza», señalaron las fuerzas armadas, mientras las Fuerzas Aéreas respondían bombardeando puntos estratégicos en Teherán.
En paralelo, el primer ministro Benjamín Netanyahu visitó Bat Yam, ciudad donde un misil impactó anoche contra un edificio, matando al menos a siete personas, entre ellas dos menores. Desde allí, lanzó una advertencia directa: «Irán pagará un alto precio por matar a civiles, mujeres y niños intencionadamente.»
Hasta el momento, los servicios de emergencia israelíes, incluido Magen David Adom, no han reportado nuevos heridos. Los bomberos tampoco han registrado daños de consideración tras la última andanada.
La situación mantiene al mundo en vilo, mientras se cruzan los cielos, los discursos y las amenazas entre dos enemigos que ya no esconden la guerra.