“¡Muerte a Israel! ¡Muerte a Estados Unidos!”, gritan en las calles mientras el régimen promete respuesta.
TEHERÁN, IRÁN. — Las calles vacías por el festivo no evitaron el rugido popular. Este viernes, el corazón de la capital iraní ardió en gritos de furia y banderas ondeantes. Tras el ataque sin precedentes de Israel contra instalaciones nucleares y militares, miles de iraníes salieron a exigir venganza. La consigna fue clara y repetida como mantra nacional: “¡Muerte a Israel! ¡Muerte a Estados Unidos!”.
El bombardeo, ocurrido en plena parálisis diplomática entre Teherán y Washington, dejó muertos a varios altos cargos militares y científicos nucleares. Las consecuencias no tardaron en sentirse en las calles. “Irán debe destruirlo, debe actuar”, reclamó Abás Ahmadi, de 52 años, al volante de su auto mientras maldecía al primer ministro Benjamin Netanyahu. “Acabaremos como Gaza si no reaccionamos”, agregó.
Aunque el país se encuentra en festivo de tres días, el centro de Teherán —sede de edificios clave del poder— se convirtió en un escenario de protestas cargadas de simbolismo. Algunos manifestantes llevaban retratos del líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, como estandarte de la resistencia. La televisión estatal asegura que hubo manifestaciones similares en otras ciudades.
El ataque marca un giro peligroso en la región. Con diplomacia estancada, muertos sobre la mesa y llamados a la guerra desde las calles, la pregunta no es si habrá respuesta… sino cuándo y cómo.