“La presidenta de la Cámara fue asesinada por un hombre que predicaba seguridad y llevaba una lista de blancos políticos.”
MINNESOTA. EE. UU – Melissa Hortman, presidenta de la Cámara de Representantes estatal, y su esposo fueron asesinados a tiros en la madrugada del sábado. El atacante, Vance Luther Boelter, fue capturado dos días después en un bosque, con restos de látex en la cara y una lista con nombres de otros legisladores demócratas que, al parecer, pensaba eliminar uno por uno.
Boelter no era un desconocido: empresario de seguridad, predicador de 57 años y ahora símbolo de una nación que se dispara por dentro. Antes de asesinar a Hortman, también atacó a tiros al senador estatal John Hoffman y a su esposa, quienes sobrevivieron. Todos los ataques ocurrieron en la misma madrugada. La motivación, según las autoridades, fue puramente política.
El asesino se hizo pasar por agente del orden usando uniforme falso y una máscara. Al momento del arresto, las autoridades ya habían encontrado su vehículo, efectos personales y, lo más inquietante: una lista de objetivos. Todos demócratas. Todos defensores del derecho al aborto.
El gobernador Mike Walz no se guardó nada: “Somos una nación profundamente dividida. Y eso ha quedado más claro que nunca”.