«A pesar del cese al fuego iniciado el 27 de noviembre entre Israel y el grupo chií Hizbulá, miles de desplazados israelíes no se sienten seguros para regresar a sus hogares en el norte del país».
ISRAEL.- Yotam Degani, quien dirige el Desarrollo de Recursos de Kiryat Shmona, explica que tras más de 400 días fuera, la sensación de seguridad es inexistente: “No estamos listos para volver”.
El alto el fuego entre Israel y Hizbulá, que detuvo meses de ataques diarios, está lejos de ofrecer estabilidad. Degani advierte: “Tal vez en dos semanas, todo se desmorone”. Mientras tanto, el Gobierno estima que los desplazados podrían regresar en febrero, cuando Hizbulá se repliegue al norte del río Litani y las fuerzas israelíes se retiren.
Sin embargo, en Kiryat Shmona y otras comunidades cercanas a la frontera con Líbano, la normalidad parece lejana. Casas dañadas, calles vacías y una sensación de peligro constante mantienen a la mayoría de los habitantes alejados, limitando sus visitas a tareas de limpieza.