“Todos a la cabeza. Si se lo tienes que descargar todo, que para eso tienes munición”.
BOGOTÁ. COLOMBIA – El interrogatorio a Katherine Andrea Martínez, alias Gabriela, revela lo que hasta ahora era un susurro oscuro dentro del caso: el atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay fue planeado como una ejecución quirúrgica, brutal y pagada en sangre joven.
Gabriela, de apenas 19 años, expuso en su confesión a Semanaque el autor material fue un menor de edad reclutado como «suicida», al que se le ofrecieron entre 700 y 750 millones de pesos por ejecutar el crimen y luego entregarse.
La joven relató que alias “El Costeño”, líder de la banda, fue quien dio la orden con una frialdad escalofriante. La instrucción era clara: apuntar a la cabeza y no ahorrar balas. Cuando el menor dudó y dijo que bastaban “uno o dos tiros”, el jefe lo corrigió: “Tres o cuatro. Que para eso hay munición”. El objetivo era hacerlo parecer una sentencia irreversible, no un acto impulsivo.
Parte de la estrategia era utilizar al menor por su edad: sabían que recibiría una condena mucho más blanda en un centro de reclusión juvenil. El muchacho no solo fue el gatillo, también fue el señuelo. Una víctima más del negocio de la violencia.
