» Para obtener respuesta ante la investigación, usaron como experimento a 20 mujeres con edades de 18 a 45 años, las cuales estuviesen libre de cualquier enfermedad «.
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Washington. Por primera vez, investigadores lograron detectar con precisión dónde se encuentra ubicada la representación del clítoris en el cerebro de las mujeres.
El pasado lunes se publicó su en la revista científica JNeurosci, muestra además que el área del cerebro activada durante la estimulación del clítoris es más extensa en las mujeres que tienen más relaciones sexuales.
Se realizó estimulando el clítoris de 20 mujeres mientras se realizaba una resonancia magnética de sus cerebros.
¿Un área más grande les permite percibir mejor las sensaciones? ¿Es el tamaño de este área lo que impulsa a tener más relaciones sexuales, o tener relaciones frecuentes la hace crecer? Son preguntas imposibles de responder por el momento, precisan los investigadores.
Sin embargo, este estudio podría ayudar a desarrollar mejores tratamientos para las personas que han sufrido violencia sexual o que tienen problemas sexuales.
«La forma en que los genitales femeninos están representados en la corteza somatosensorial humana está muy poco estudiada», recalcó a la AFP Christine Heim, profesora de psicología médica en el Hospital Universitario Charité en Berlín, quien fue coautora del estudio.
«Y esta falta de conocimiento ha frenado la investigación tanto sobre los comportamientos sexuales estándar como sobre las condiciones patológicas», agregó.
Cuando una parte del cuerpo se ve afectada, se activa la actividad neuronal en la corteza somatosensorial. Y cada parte del cuerpo corresponde a un área diferente del cerebro, formando una especie de mapa corporal.
Sin embargo, hasta ahora, la ubicación precisa de los genitales femeninos en ese mapa seguía siendo un tema de debate.
Estudios anteriores lo habían localizado en ocasiones bajo la representación del pie, otros cerca de la de la cadera. La razón: técnicas de estimulación imprecisas (propias o por un tercero) que provocaban el roce simultáneo de otras partes del cuerpo, o desencadenaban excitación, opacando los resultados.
En 2005, utilizando una técnica que imitaba una sensación táctil muy localizada, los investigadores pudieron determinar la ubicación precisa de la representación de los genitales masculinos en el cerebro. Pero esto aún no se había hecho en mujeres.
Para conseguirlo, se seleccionaron 20 mujeres sanas de entre 18 y 45 años.
Para la estimulación, se aplicó un pequeño objeto redondo diseñado específicamente para el estudio, puesto sobre la ropa interior a la altura del clítoris: gracias a chorros de aire, una pequeña membrana comenzaba a vibrar levemente.
El enfoque estaba destinado a ser «lo más cómodo posible» para las participantes, explica John-Dylan Haynes, coautor del estudio.
Se realizaron ocho estimulaciones del clítoris, de 10 segundos cada una, intercaladas con 10 segundos de descanso, así como ocho estimulaciones en el dorso de la mano derecha para comparar.
La conclusión es que tanto para mujeres como para hombres, la representación de los genitales en el mapa cerebral está cerca de la representación de la cadera.
No obstante, la ubicación precisa varía para cada mujer dentro de este área.
Luego, los investigadores estudiaron si este área exhibía características diferentes según la actividad sexual.
Se le preguntó a las 20 mujeres sobre la frecuencia de sus relaciones sexuales durante el año pasado, así como desde el comienzo de su vida sexual.
Después, para cada una de ellas, los investigadores determinaron los diez puntos más activados en el cerebro durante la estimulación y midieron el área obtenida.
«Hemos encontrado un vínculo entre el grosor de la zona genital y la frecuencia de las relaciones sexuales», especialmente en los últimos 12 meses, explica Heim.
«Cuanto más relaciones sexuales, más amplia es la zona».
La plasticidad cerebral es bien conocida: partes del cerebro se desarrollan a medida que se utiliza una función. Pero, por el momento, no se puede establecer directamente un vínculo causal.
Sin embargo, estudios anteriores en animales han demostrado que la estimulación de los genitales de ratas y ratones condujo efectivamente a una expansión del área del cerebro correspondiente a estos órganos.
El estudio tampoco determinó si un área más grande resultaba en una mejor percepción.
Pero Heim, en un estudio publicado en 2013, había demostrado que las personas que habían sufrido violencia sexual traumática tenían un área genital reducida.
«En ese momento, planteamos la hipótesis de que esta podría ser la respuesta del cerebro para limitar el efecto dañino del abuso», explicó, y agregó que se necesitarían más estudios para verificarlo.
En el futuro, el objetivo es desarrollar formas de ayudar a los pacientes. La investigadora quiere estudiar si ciertos trastornos sexuales están relacionados con alteraciones en el área genital.
Entonces, tal vez, podrían considerarse terapias destinadas a «entrenar» este área.