“Puede que lo haga. Puede que no lo haga. Quiero decir, nadie sabe lo que voy a hacer”, disparó Trump, hablando de una posible intervención militar directa contra Irán.
WASHINGTON. EE.UU. – En uno de sus giros retóricos más oscuros y provocadores, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dejó este miércoles en suspenso una posible intervención militar directa contra Irán. Desde los jardines de la Casa Blanca, el mandatario declaró ante la prensa: “Puede que lo haga. Puede que no lo haga. Nadie sabe lo que voy a hacer”.
La advertencia llega en medio de un clima de creciente tensión. Trump reveló que ofreció a Irán un plazo de 60 días para sentarse a negociar un nuevo acuerdo nuclear. Al cumplirse el plazo sin avances, Israel inició una serie de bombardeos contra instalaciones nucleares iraníes, mientras Washington contempla si sumarse al conflicto. En su tónica característica, Trump cuestionó a Teherán por no haber negociado antes. “Es muy triste ver esto. Podrían haber tenido un país”, dijo con tono lapidario.
También recordó el mensaje que publicó en redes sociales exigiendo “rendición incondicional” y acusó a Irán de ser “matones de patio escolar” que por décadas han gritado “Muerte a Estados Unidos”. Aunque aseguró que esa actitud ya no es la misma, concluyó con un ambiguo “veremos qué pasa”, dejando en vilo tanto a aliados como a enemigos.
El mandatario regresó de forma inesperada de la cumbre del G7 en Canadá para evaluar con su Consejo de Seguridad Nacional la postura definitiva de Estados Unidos, en lo que parece una estrategia que combina tensión bélica, improvisación mediática y presión psicológica.
