«Eliminar la ciudadanía por nacimiento podría sumar 2.7 millones de indocumentados en solo dos décadas, creando una clase de apátridas nacidos en suelo estadounidense, pero sin patria reconocida.»
MIAMI. EE.UU. – La Corte Suprema se enfrenta a uno de los debates más polémicos de la era Trump: con una propuesta que impactaría directamente a unos 255,000 bebés cada año, la orden ejecutiva de Trump busca eliminar uno de los pilares históricos del sueño americano: nacer en EE.UU. y ser automáticamente ciudadano.
El estudio del Migration Policy Institute no solo pone cifras al impacto inmediato, sino que lanza una proyección aterradora: la población indocumentada podría aumentar en 2.7 millones para 2045 si esta política se implementa, y hasta un 40% más hacia 2075. La idea de una generación nacida en territorio estadounidense, pero sin derechos, despierta serios temores sobre el futuro de la cohesión social y la movilidad económica.
Aunque expertos creen que la medida tiene pocas probabilidades de éxito legal por contradecir la Enmienda 14 de la Constitución, el simple hecho de debatirla ha generado incertidumbre entre comunidades migrantes. Muchos temen que sus hijos, incluso ya nacidos, pierdan derechos fundamentales. Mientras tanto, se reaviva el discurso contra el supuesto «turismo de nacimiento», pese a que solo representa el 0.25% de los nacimientos anuales en el país, según datos oficiales.
El plan, según los analistas, no solo desafía la historia legal de EE.UU., sino que también pone en riesgo la estabilidad emocional y legal de millones de familias, quienes sienten que están siendo arrinconadas por una narrativa de exclusión. Si la Corte decide a favor de Trump, podría cambiar para siempre el significado de ser estadounidense.