“Estaba segura de que me iban a disparar, completamente desnuda y amordazada mientras un hombre me apuntaba con una pistola. Creí que me iban a violar y matar.”
PARÍS. FRANCIA – Casi nueve años después del robo que estremeció al mundo del entretenimiento, Kim Kardashian rompió el silencio ante un tribunal francés para revivir uno de los episodios más traumáticos de su vida. La estrella mediática testificó en el juicio contra los presuntos autores del asalto armado ocurrido el 3 de octubre de 2016, cuando fue despojada de joyas valoradas en 10 millones de dólares.
Kim relató cómo fue sorprendida en plena madrugada por dos encapuchados disfrazados de policías, quienes entraron a su habitación tras maniatar al conserje. Fue amordazada, atada con bridas, y apuntada con una pistola mientras yacía desnuda sobre la cama. Entre sollozos confesó que pensó que era víctima de un atentado terrorista. “Solo quería salir viva”, declaró.
Desde entonces no puede dormir sin al menos seis vigilantes custodiando su casa. Un mes después del robo en París, su vivienda en Los Ángeles también fue asaltada, lo que agravó su paranoia y miedo.
En el banquillo están diez acusados, conocidos como los “yayoladrones”, por superar los 70 años y tener extensos historiales criminales. Entre ellos, Aomar Ait Khedache, señalado como el cerebro del golpe, y Marc-Alexandre Boyer, presunto cómplice en la intimidación directa a Kim.
