«El canal construido por Haití a orillas del río Masacre continúa operando, desafiando las afirmaciones oficiales que aseguraban que la obra estaba abandonada y sin impacto en el país vecino».
DAJABON, RD. – En la región que conecta la localidad haitiana de Juana Méndez con la dominicana de Dajabón, el agua fluye sin cesar, revelando la actividad constante de esta infraestructura que genera tensiones entre ambas naciones.
La situación es grave. A pocos metros del canal, se observa cómo el río, ya contaminado, sigue siendo utilizado para actividades diarias, mientras que el gobierno dominicano intenta mitigar los efectos con una construcción propia, el canal La Vigía. Sin embargo, la obra no parece avanzar, y la falta de mantenimiento en las cercanías es evidente: basura, aguas negras y un fuerte olor invaden el área.
El conflicto ha escalado a nivel diplomático, afectando el comercio en la frontera y llevando a la suspensión de pasos fronterizos en 2023. A pesar de los intentos de diálogo, no se ha alcanzado un acuerdo satisfactorio sobre el uso compartido del agua, lo que deja a la región sumida en incertidumbre y tensiones constantes.
