La reforma plantea que, bajo la nueva modalidad, los empleados no podrán trabajar horas extraordinarias si su jornada regular excede las 10 horas diarias. Además, el empleador estará obligado a notificar con anticipación los horarios de trabajo. De esta manera, se busca evitar abusos en el manejo de horas laborales y asegurar el derecho al descanso semanal, siempre respetando las 36 horas ininterrumpidas.
Por otro lado, la reforma derogaría parcialmente la Ley 108 del 21 de marzo de 1967, que establecía el carácter no laborable de los domingos. Bajo este esquema, solo quienes tomen su descanso en otros días podrán recibir el salario ordinario por trabajar el domingo, lo cual genera opiniones divididas en el ámbito laboral.
La propuesta sigue en discusión y podría modificar aún más los derechos laborales en el país.