“Una mujer entregó un arma a un niño de 15 años para matar a un senador en plena tarima. No es Netflix, es Colombia.”
BOGOTÁ. COLOMBIA – La Fiscalía presentó a una tercera persona por el intento de asesinato del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, baleado en un parque de Bogotá el pasado 7 de junio. La acusada, Katerine Andrea Martínez Martínez, fue detenida en Caquetá y es señalada como pieza clave en la planificación del ataque.
Según la investigación, Martínez habría sido la responsable de entregar el arma —una pistola Glock— al menor de 15 años que disparó contra Uribe mientras este daba un discurso frente a decenas de personas. El menor fue capturado minutos después con la pistola aún en su poder.
La mujer fue imputada por tentativa de homicidio agravado, porte ilegal de armas y uso de menores para delinquir. Sin embargo, no aceptó los cargos. El proceso continúa y la audiencia para decidir si será enviada a prisión preventiva será el próximo 17 de junio.
Uribe, del partido de derecha Centro Democrático, salió ileso. Pero el caso encendió todas las alarmas: no solo por la violencia política en ascenso, sino por el uso de menores como ejecutores. Un hecho que refleja una democracia vulnerada por estructuras delictivas que no distinguen edad ni escenario.
La pregunta que muchos se hacen: ¿quién puso el plan y quién lo financió?
