“El talento para los negocios no se hereda, se entrena”, asegura Javier Donoso Bueno.
Punta Cana, RD. En entrevista para Cero Anestesia, Javier Donoso Bueno, CEO Gesproin Group, revive con una sonrisa aquel 2012 en el que pisó suelo dominicano por primera vez. Llegó desde Málaga, acompañado de su esposa, para levantar un proyecto en Cocotal. Entonces tenía 31 años y un plan modesto: trabajar un par de años y volver a España. La vida, sin embargo, tenía otros planes.
El inicio no fue sencillo. El idioma local parecía un reto, el tráfico un caos, y hasta las costumbres sorprendían. Pero detrás de ese desconcierto, Javier descubrió algo que marcaría el rumbo de su historia: la calidez del dominicano y un país lleno de oportunidades para quienes estuvieran dispuestos a apostar.
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Desde el inicio el camino fue duro: un inversor falló con el proyecto y, como último recurso, pidió 25 mil dólares prestados a sus padres. Con ese respaldo, decidió arriesgarse. “No fue la primera vez que emprendía, pero sí la más importante. Venía de fracasos, de negocios familiares que cerraron, de sentirme en un pozo. Pero siempre tuve claro que todo pozo tiene salida”, confiesa.
Así nació Gesproin Group: un esfuerzo familiar junto a su socio Joan Trilla, su esposa y un arquitecto, compartiendo los quehaceres de las primeras unidades. Hoy es una empresa con más de 100 colaboradores y más de 2,000 unidades. “Cuando uno se compromete, los resultados llegan”, afirma.
De Málaga guarda la nostalgia de su gente, el mar y la cultura española. De República Dominicana, el agradecimiento de haber encontrado un lugar para crecer, criar a sus tres hijos y dar forma a un legado empresarial. Hoy, cuando mira hacia atrás, no ve solo números o edificios: ve la certeza de que los sueños se construyen, ladrillo a ladrillo, con paciencia y coraje.