Foto del basural de Guiriguí incendiado a escasa distancia de hoteles de la zona.
«Quise poder quitar los teléfonos de las manos de los turistas para que no grabasen desde arriba aquel horroroso acontecimiento, la zona parecía haber sido atacada por enemigos, como si hubiésemos sufrido una invasión alienigena que quisiera extinguir a nuestra especie. Manos criminales, personas sin afecto natural y detractores del medioambiente han estado prendiendo fuego sin piedad y sin remordimiento alguno a solares valdios, a basurales y con ello al ecosistema, envenenando el aire que respiramos, empañando nuestra imagen y declarando la guerra a nuestra naturaleza mientras nuestros empresarios nos venden fuera como un paraiso y nuestros politicos están en campaña proselitista…,»
Por: Geraldo WT
El vuelo 177 de Copa Airline con destino a Punta Cana descendía para alcanzar altitud de aterrizaje a las 11:10 am…,
Cuando el capitán hizo el anuncio de aterrizaje se encendieron los rostros de alegría en los turistas. Por un instante sentí la emoción que experimenta todo dominicano que regresa a su país y a su lado vienen visitantes, esa emoción de recomendar al turista del asiento de al lado los atributos y actividades que pueden disfrutar en sus estadías nos hacen sentir algo sensacional.
Al mirar por la ventanilla el infinito cielo azul que se vislumbra desde los 11 mil metros de altura y la sensación que se vive con el descenso del avión se convierte en la primera actividad disfrutable de bienvenida a Punta Cana Bávaro…,
Pero éste pasado sábado, cuando el vuelo 177 descendía, cuando el infinito azul desaparecía, cuando zurcamos las nubes blancas…, el rostro de alegría de los turistas se mudó a miradas de asombro, caras de miedo y rostros de horror. Las humaredas de varios focos de incendios en un rango de 10 kilómetros nos abrumó, no supe que responder a la joven turista que grababa desde su teléfono y me preguntó qué estaba sucediendo en Punta Cana…, intenté excusar a la zona y salvar la reputación del importante destino turístico aduciendo que NO es en Punta Cana, que son zonas aledañas, que son campesinos brutos que no tienen conciencia de lo que hacen…, es más intenté simular que se están sancionando a quienes comentan semejante hecho…, pero la joven turista me interrumpió y me avergonzó con una sola frase: «No imaginé que ustedes hicieran esto contra el medioambiente».
Hice silencio para no confesarle a la turista que aquí la gente quema sus desechos para no comercelos, que no tenemos vertedero y que aún no tenemos conciencia de qué es reciclaje. Quise decirle que los dueños de caros terrenos prenden fuego a sus malezas para no pagar algunos pesos por su recogida, que en tan sólo 15 días se han reportado 91 incendios; Y quise poder quitar los telefonos de las manos de los turistas para que no grabasen desde arriba aquel horroroso acontecimiento, la zona parecía haber sido atacada por enemigos, como si hubiésemos sufrido una invasión alienigena que quisiera extinguir a nuestra especie.
Manos criminales, personas sin afecto natural y detractores del medioambiente han estado prendiendo fuego sin piedad y sin remordimiento alguno a solares valdios, a basurales y con ello al ecosistema, envenenando el aire que respiramos, empañando nuestra imagen y declarando la guerra a nuestra naturaleza.
Descendí del avión con una pena, tres rezongos y un reproche…, la pena de ver mujeres embarazadas, niños y ancianos como parte más vulnerable de una sociedad que respira humo, tres rezongos para repartirselos a infuncionales políticos designados en medioambiente, turismo y ayuntamientos cuya agenda se pierde en el limbo de actividades proselitistas y campañas para mantener posiciones que les aporten ego, poder y fortuna…, y me guardo un reproche para quienes sabiendo de esto, volvemos y elegimos a quienes nos matan lentamente con cada veneno con que se mata al medioambiente en una provincia que, por su silencio parece no tener Senador, ni gobernación, ni alcaldes ni mucho menos un empresariado que ante crisis como éstas salga a dar la cara y pida las cabezas de tan bestiales criminales que le prenden fuego al turismo.